COMBATIR EL CORONAVIRUS

AMANDO AL PRÓJIMO

COVID-19

23 DE MARZO | 2020

ENCERRADO O LIBRE

Cómo quieres vivir esta situación

Cada día que pasa, demostramos nuestro amor a los demás permaneciendo en casa, y ese amor es mucho más grande y más contagioso si se vive desde la libertad como me gustaría que juntos lo viviéramos. 

El despertar.

El prójimo, ¿quién es?, el próximo, el que está próximo a nosotros.

Tus vecinos, el panadero, el cajero o la cajera del supermercado, la camarera, el portero o la portera, aquella persona del metro que no conoces y está junto a ti, también él es el prójimo. Es esa persona de la comunidad de vecinos que no te cae bien, tu jefe, tus empleados, el de la hora regulada, el conductor del autobús, tus compañeros de trabajo, tus amigos, tus hermanos, tus padres, tu mujer o tu marido.

Todos, todos y cada uno de nosotros somos el prójimo, hasta esa persona que no puedes soportar porque representa todo lo opuesto a ti, aquella persona que te ha inferido algún daño en algún momento, pues hasta esa persona, también, él, es el prójimo y, el COVID-19, nos ha plantado esa realidad tan olvidada en las narices y, sin preguntar.

Y merece la pena resaltarlo por que sólo saldremos de esta difícil realidad cuidando de los demás,  del prójimo, del que está próximo.

El COVID-19 ataca a los más débiles, a nuestros mayores y se ceba con los que ya están tocados, sin darles cuartel. El pequeño enemigo tiene su estrategia muy bien calculada. Se nos ha colado aprovechando aquello que más enraizado está en nuestro ser, que más nos cuesta superar a todos, me refiero a olvidarnos de nosotros mismos y pensar en los demás. Olvidar nuestros proyectos, nuestros planes, nuestra rutina, nuestras necesidades, nuestras dolencias, nuestras preocupaciones, etc…, para centrarnos en el otro, en el prójimo.

Nos ha sacado los colores, el COVID-19 es un destructor y un despertador de conciencias, se alimenta del egoísmo y cuanto más tardemos en darnos cuenta, más tiempo tardará en marcharse. Sólo cuando alcancemos un nivel de olvido de nosotros mismos suficiente, podremos superar, no sólo el estado de alarma sanitaria, sino la realidad que la acompaña en toda su dimensión.

El cambio.

Si no eres de los que está ya batiéndose el cobre en primera línea en los hospitales, en los centros sanitarios, haciendo visitas a domicilio, atendiendo en las farmacias o en los supermercados, en el ejército, o cualquiera de las personas que se está exponiendo al virus en favor de todos los demás, si como yo, tú también estás en casa… hay mucho que puedes hacer y de mucho valor.

Estar encerrado no es una limitación, no pienses que no puedes hacer más, no sientas que es poco, todo lo contrario, estar en casa es nuestra manera de ayudar.

Esta situación la podemos ver sólo como algo impuesto, algo que no nos queda más remedio que sufrir, porque un virus está campando a sus anchas por el mundo. Pero si es así, nos limitaremos a verlo sin profundidad, sin más opciones, sin posibilidades de aprender y de mejorar. Esto produce desgaste, asfixia, nos amarga, nos roba la posibilidad de servir a los demás con alegría, impide dar lo mejor de nosotros mismos, en cada momento, y por lo que se ve, esto va para largo.

Sin embargo, yo lo quiero ver y vivir de otra manera, y te invito a que lo vivamos juntos como una situación que nos hace libres. Sí libres, más libres que nunca, ¿sabes porqué?, porque podemos honrar este encierro si lo elevamos y lo vivimos juntos como algo voluntario, que llevamos hasta el extremo, en cerrojo total, por convicción propia, reduciendo nuestras salidas al máximo y sí, sé que puede que nos hayamos quedado sin café o sin papel o sin…, pero hay que gente que se han quedado sin padres, sin abuelos, sin amigos, así que…, qué te parece si en lugar de vivirlo bajo mínimos y aprovechando las circunstancias que permite el estado de alarma, para salir un rato, lo vivimos como algo voluntario que queremos llevar al máximo de nuestras posibilidades y, si hoy nos toca comer lo mismo que ayer, para que no tengamos que salir a la compra, lo hacemos y, lo hacemos alegres porque es nuestra manera de ayudar, de pensar en los demás, de sacrificarnos como muchos se están sacrificando por nosotros y los nuestros, los tuyos.

Es la forma de ser libres, aun encerrados, libres de nosotros mismos, libres de nuestro egoísmo, libres de nuestra comodidad.

La oportunidad.

Tenemos la oportunidad de vivir el confinamiento como si no quisiéramos que fuera de otra manera mientras haya otros dejándose la piel y la salud.

Porque este encierro te hace libre de todas aquellas cosas que te distraen normalmente en tu vida previa al COVID-19, para centrarte en las importantes, claro está, tú eliges cuáles pero, sin duda, una de ellas es, precisamente, pensar en los demás. Pensar en los que están cuidando de los nuestros, de los mayores, a los que les debemos tanto este bienestar que no hemos sabido administrar, que nos ha hecho blandos, que nos ha hecho pensar sólo en lo que nosotros queremos, por eso el COVID-19 ha penetrado hasta el fondo.

Cada día que pasa demostramos nuestro amor a los demás, permaneciendo en casa, y ese amor es mucho más grande y más contagioso si se vive desde la libertad como me gustaría que juntos lo viviéramos.

La solución.

Cerrojazo total, auto-impuesto voluntariamente, y sé que es difícil gestionar la incertidumbre, la familia, tu pareja, haber tenido que cerrar el negocio o que te hayan despedido, que estés al borde de explotar por tus los niños, etc..,pero sinceramente, ese es el chambo de cada uno.

A lo mejor nos sirve, para darnos cuenta de que las cosas más importantes no marchan bien y hace falta prestarles atención. Ahora tienes todo el tiempo del mundo, no puedes escapar, no puedes evadirte, tienes que plantarles cara, pero no es excusa, para no pensar en los demás o el COVID-19 nos arrasará.

Quisiera que peleásemos juntos por tener esperanza, por esforzarnos en cada minuto de los que estamos en casa con los nuestros, en cada comida, haciendo la cama, con cada comentario, por tener una convivencia amable y feliz a pesar de las circunstancias dolorosas que todos vivimos y transformar este tiempo en prosa.  Esto un arte al alcance de todos y cada uno de nosotros y, con el que podemos honrar a todos los que no tienen la misma suerte.

Podemos hacer mucho, incluso estando encerrados, tenemos la posibilidad de estar cerca a pesar de estar separados, de unirnos, de hermanarnos, de preocuparnos por los demás, infundiendo ánimo, alegría, contagiando esperanza, con cada llamada de teléfono, mandando mails, para saber cómo están los demás, dispuestos a escuchar.

No sabemos cuánto tiempo ni que ocurrirá al terminar, pero de lo que estoy seguro es, que podemos combatir el COVID-19 con amor, con amor a los demás, desde nuestras casas, sin salir para nada. Cada vez que salimos a por el pan, nos exponemos a nosotros y exponemos a los demás. Seamos creativos en ello, más recios, menos pusilánimes. No pasa nada por no comer pan y, quizá hasta nos venga bien. Dejemos de lado el yo, lo tiremos por la ventana, dejemos de lado lo que creemos que nos corresponde y vivamos al máximo de nuestras posibilidades esta situación, dejándonos la piel, porque sólo así podremos ganar al COVID-19 y posteriormente a lo que viene de camino. Ayudándonos. Pensando en el otro.

Recursos

Food in the box.

Esta es una opción fantástica para reducir tus viajes al supermercado, el foco más activo en contagios según la última información.

Tienes diferentes opciones, según el tipo de dieta que lleves. Son recetas estupendas, muy variadas, imaginativas y con ello tienes resuelto el menú de toda la semana.

Les hemos contactado y nos han confirmado que están tomando todas las medidas necesarias, usan mascarillas y guantes, aunque te recomendamos que limpies en tu casa todo, todo, antes de meterlo en la nevera.

Escrito por: Francisco Cámara

Francisco Cámara
Francisco Cámara gestiona y dirige Freeland Innovation Center.
Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, es arquitecto interior por el departamento de construcción de la ETSAM. Nombrado en 2016 Visitante Internacional por la Embajada de Estados Unidos para el International Leadership Program. Es experto en cultura coworking, en la gestión y funcionamiento de espacios coworking y en el desarrollo de comunidades de colaboración, así como en el diseño de espacios creativos y para el fomento de la innovación.

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