Ponle patas a tu año nuevo
Comienza un nuevo año y necesitas ponerle patas nuevas. Los mismos propósitos de otros años, los mismos planes, las mismas pretensiones. Que si aprender inglés o hablarlo mejor, que si gimnasio, que si comer más sano. Pero todos esos propósitos necesitan cimientos. Y lo que te planteamos en Freeland es que, para lograr un cambio, necesitas dar pasos, modificar hábitos. Aunque sean pequeños. Ponle patas al nuevo año en Freeland.
Si crees que en casa no separas bien familia de trabajo, te invitamos a que pruebes durante unos días con un cambio real: vente a Freeland. Notarás una modificación que traerá consigo otros cambios. Muchas veces, tirar una camisa vieja, levantarte a otra hora, hacerte la cama nada más levantarte, originan enormes cambios a mejor. Como decimos en Freeland, si nos definimos por nuestro comportamiento, vamos a ubicarnos en espacios que nos ayuden a ser mejores.
Da el paso y ya habrás empezado el camino
Te proponemos comenzar el año estrenando un nuevo entorno de trabajo. Con un espacio adecuado que te puede ayudar a que los cambios que necesites sean realidad. En un caso, quizá necesites ser más productivo; en otros casos, lo que buscas es conciliación y equilibrio personal y familiar. En otras ocasiones, mejorar en networking, ofrecer un buen ambiente a tus clientes o colaboradores, cuando te visiten o mantengas reuniones con ellos. En muchos casos, salir de la zona cómoda, conocer nuevas formas de funcionar. Aquí puedes encontrar espacio y oportunidad para lograr esos progresos. Creemos que por el mero hecho de dar el paso y decidirte a venir y conocernos, ya habrás avanzado mucho. Habrás demostrado que de verdad quieres ponerle patas al nuevo año.
Personas vitamina
Hace poco la doctora Marian Rojas Estapé lo explicaba con una anécdota muy divertida y curiosa:
Me he dedicado dos años a investigar la oxitocina, y creo nos encontramos en un momento de intoxicación, de incertidumbre, de caos, de miedo, de reconfiguración, de adaptación. Por eso hay que potenciar las hormonas de la empatía; dar abrazos de ocho segundos baja los niveles de cortisol. También mirar a alguien a los ojos, sin teléfono de por medio. Ilusionarme con lo que me cuentas, dedicar tiempo y atención a hacerte feliz. Esto es la oxitocina, la hormona de los vínculos, lo que genera eso que llamo «las personas vitamina». En este momento hay mucho cortisol, mucho miedo; pues volvamos a la vida real, potenciamos las relaciones humanas, convirtámonos en «personas vitamina».